martes, 2 de julio de 2013

SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD

INTRODUCCIÓN

Tratar la educación sexual en niños y niñas es ayudar a que se desarrollen de manera integral; a que aprendan a conocerse, a saber cómo son y cómo funcionan, a aceptarse, a que merecen que se les quiera y acepten como son. A que aprendan que la sexualidad no es una fuente de problemas si no algo que puede llenarles de satisfacción.




 Sin embargo, con frecuencia, la sexualidad de las personas con discapacidad se ha rodeado de un muro de silencio: algo de lo que no se habla. Da la sensación de que con ese silencio se quisiera proteger al niño o niña. Como si el hecho de no hablar de ello hiciera que no existiera. Sin entender que estos chicos con discapacidad también tienen su sexualidad. Ellos tendrán su desarrollo hormonal, sus cuerpos madurarán, tendrán necesidades, etc.



HABLEMOS DE SEXUALIDAD

Para hablar de sexualidad con nuestros hijos, lo importante es tener una buena disposición para ello. Que perciban que les quieres hablar, que para ti también es importante.

Lo principal en torno a la sexualidad es que aprendan que hay conductas que tienen que ver con la intimidad y que no se pueden llevar a cabo en público. Es muy importante que no lo entiendan como una prohibición, sino como un control de la conducta. Por ejemplo, en lugar de decirles "esto no se hace" es mejor decirles "no lo hagas cuando haya gente delante, mejor cuando estés solo en tu habitación". El objetivo es que aprendan que existen unos espacios de intimidad que debemos respetar.

Esto mismo es lo que tenemos que hacer cuando nuestro hijo padezca algún tipo de discapacidad. En ocasiones no van a entender el tema de los espacios de intimidad sólo con palabras. Es ese caso tendremos que hacérselo entender de alguna otra forma que les sea clara.

ATENDER Y EDUCAR EN LA SEXUALIDAD

Para atender la sexualidad de las personas con discapacidad es necesario tener en cuenta sus:

  • Necesidades
  • Demandas
  • Dudas
  • Intereses y curiosidades
  • Deseos y motivaciones
  • Situaciones
La educación de la sexualidad ha de tener un enfoque positivo, contribuyendo a que las personas con discapacidad aprendan a conocerse, aceptarse y vivir su sexualidad de forma satisfactoria; trabajando desde sus propias posibilidades y enmarcando cualquier intervención dentro de las dimensiones de la calidad de vida. 

PAUTAS PARA ABORDAR EL TEMA


  • Aceptar su sexualidad como ellos la viven y la expresan con respeto, tolerancia, comprensión, tacto y sensibilidad.
  • Favorecer el diálogo, crear un clima de confianza y comunicación.
  • Adecuar la información e indicaciones a su desarrollo evolutivo y teniendo en cuenta sus dificultades.
  • Conocerse y aceptarse
  • La educación sexual consiste en sentirse satisfecho teniendo en cuenta no ignorar los riesgos.

PREVENCIÓN, EDUCACIÓN SEXUAL 
Y CENTROS EDUCATIVOS

La educación sexual de nuestros hijos quedará incompleta si durante su escolarización no reciben los conocimientos adecuados, como parte de la formación integral de la persona. El centro escolar debe proporcionar los  espacios educativos adecuados para cada edad, de forma que las diversas cuestiones relacionadas con la sexualidad sean tratadas más allá de la biología o las ciencias naturales.



Del mismo modo que las familias deben asumir la parte que les corresponde, en los centros educativos también se debe de hacer lo propio. De manera progresiva y transversal, se deberá abordar el tema de la educación sexual.


PLANIFICACIÓN FAMILIAR

La planificación familiar persigue la plenitud de los seres humanos y defiende el derecho de que las personas sólo tengan los hijos que desean. Los prejuicios asociados a la sexualidad y reproducción de los discapacitados condicionan que muchas de las personas con alguna discapacidad renuncie a su derecho a tener sexualidad plena por miedo al embarazo, a tener hijos con alguna discapacidad o por el temor a no poder criarlos.


Muchas veces los prejuicios existentes en torno a la esfera sexual de los discapacitados son avalados por profesionales y educadores quienes, con su silencio, actúan como cómplices en la marginación sexual de que son objeto las personas con discapacidad, propiciando la total ignorancia de la relación entre la concepción y la discapacidad.

En la medida en que tales personas conozcan más sobre los métodos anticonceptivos, estarán en mejores condiciones de elegir el adecuado y se sentirán mucho más responsables de su sexualidad. El profesional de la salud que indique a un discapacitado el uso específico de un determinado método anticonceptivo, debe ser consciente de las ventajas e inconvenientes de dicho método (con respecto a la discapacidad de ese sujeto), con el objetivo de que se seleccione el más efectivo en su caso.


ANTICONCEPCIÓN Y DISCAPACIDAD

1. Métodos de Abstinencia Periódica, método Billings (o del mucus cervical) y método de la Temperatura Basal. Consisten en no mantener relaciones sexuales en los días en los que una mujer es más fértil. Este método puede tener contraindicaciones en mujeres con lesiones medulares producto de traumas, ya que presentan un período inicial de amenorrea (falta de sangrado menstrual), durante el cual no les es posible conocer con exactitud su ciclo menstrual. Las mujeres con trastornos motores pueden presentar dificultades para introducir los dedos en la vagina para obtener el moco cervical, y las que padecen vejiga neurogénica pueden confundir el ritmo de temperatura basal habitual por la presencia del síndrome febril y así confundir el momento ovulatorio. Este tipo de métodos sólo sería útil en mujeres con una regulación total del ciclo, aunque no resulta muy confiable por el alto porcentaje de fracasos. Además requieren de una determinada capacidad intelectual y autodisciplina, por lo que tampoco son recomendables para personas con retraso mental.



2. Métodos de Barrera (preservativos y diafragmas). La utilización de los preservativos es muy conveniente ya que además de los embarazos previene de otro tipo de infecciones. Además, para hombres con retraso mental leve resulta muy cómodo ya que su colocación es fácil y es un método de sencillo aprendizaje. Está contraindicado su uso en hombres con trastornos motores en las extremidades superiores, ya que no podrían colocárselo fácilmente, a no ser que la pareja lo hiciera en su lugar. En cuanto al diafragma, se hace imprescindible que, ante mujeres sin sensibilidad genital, el educador sexual controle que el aprendizaje de la colocación del mismo sea correcto. También se encuentra contraindicado para mujeres con alteraciones motoras en los miembros superiores, mujeres diabéticas que presenten un coito doloroso, ni para aquellas con retraso mental.

3. Los Dispositivos Intrauterinos (DIU). Constituyen un método muy recomendable en mujeres con retraso mental, pero siempre bajo estricto control de un ginecólogo. EL uso de este método en mujeres con deformidad pélvica o espasticidad significativa de los músculos suele resultar inconveniente por la dificultad de su implantación por parte del médico. Este método está contraindicado en mujeres sin sensibilidad genital ya que podría complicarse con inflamaciones pélvicas y la paciente no detectarlo. Además, su suso en pacientes anémicos o con un estade general de salud deficiente puede provocar hemorragias uterinas.

4. Métodos Hormonales (píldora anticonceptiva). Este método es el que presenta mayores complicaciones a largo plazo en su uso. Su utilización está contraindicada en aquellas mujeres con problemas circulatorios, diabéticas, aquellas que hayan sufrido un accidente vascular o problemas cardíacos. Su utilización en personas con retraso mental leve no es recomendable pues frecuentemente se olvida de usarla a diario. Si se pone en práctica este método con este tipo de pacientes es vital para su eficacia el control estricto de padres o personas cargo.

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